Valkyria Trail: diciembre 2014

Como siempre... ¡Sarna con gusto no pica! Madrugar hacia Sant Llorenç de Morunys, en la comarca del Solsonès, no se hace nada pesado. Llego a las 9 en punto de la mañana, con cuatro gotas amenzadoras de lluvia. ¡Bah, eso no es nada!

Los kayaquistas de bajada hacia el pantano.

Buenos días! Entramos en el bar Bon Dia, el punto de encuentro con cafés y bien despiertos, a punto de comenzar la aventura. Aventura por las aguas del pantano con las compuertas a salto de agua con las acontecidas lluvias y aventura para las cuatro walkers que se fiaban de mí para hacer el recorrido, y quien bien me conoce ... ya sabe, me gusta probar caminos.

Son las 9:33 h. de la mañana y nos juntamos Cristina, Paqui y yo ... caramba! Falta alguien, ¿no eramos cuatro? Suena el teléfono, es Jordi Curià y me pasa a Toñi. La Toñi sube del embarcadero hacia arriba otra vez y la voy a buscar al pueblo corriendo, pues ya habíamos hecho unos metros recién empezadas, campo a través, buscando el GR 7.

Ya estamos todas y empezamos a caminar con nuestros bastones de marcha nórdica y treck, sobre las 10 h. Todo va haciendo suave subida por el Serrat de la Creueta. Hoja caída de roble, hielo, nieve de hace unos días ... entorno fresco donde no tardaremos a sudar un poco.

No tardaremos mucho en sacarnos "capas".

El hielo presente en estas bajas temperaturas.

A nuestra izquierda parte de las montañas del Serra de la Creueta mientras vamos por parte de la Rasa.

Se oye un ruido ensordecedor que a Toñi y a mi nos suena, pues abajo en el pueblo los hemos visto repostar... Cuatro motoristas de trial por la montaña subiendo y desprendiendo ese olor a gasolina y ese ruido percutor. En fin... sin comentarios a añadir.

Las risas ya empiezan, la confianza en el habla y nuestros personales discursos de las cosas de la vida, de lo importante para cada una, a lo más mundano que nos hace llegar a la parte latiente de la Vall del Lord. Vamos haciendo el recorrido paralelo a la Rasa de les Valls que va quedando a nuestros pies y ofreciendo vistas de esta hermosa sierra. Así que iremos por la ruta de las Valls hacia Sollort donde nos encontraremos con los amigos kayaquistas.

La vista de las montañas de la Serra de Bussa donde en el fondo se encuentra el pantano.

El GR nos conduce a un lugar muy especial, pues nos dirigimos al Santuari de la Mare de Déu del Lord. Salimos de la zona asfaltada en el Coll de la Creu de Canalda, para recorrer unos 3 km hacia éste pasando por el Roc Foradat. Se cuenta que este singular paso entre riscos se encontró la Mare de Déu del Grau (sita en la Ermita de Sant Serni) y que el paso servía para el tránsito de las mulas cargadas con alforjas. Con el paso del tiempo se ha ido desgastando y moldeando para la adaptación del paso del hombre.

El Roc Foradat.

En este lugar lo pasamos muy divertidamente, pues a modo de escalones vas pasando este risco tan singular. Atrás dejamos el Coll de Jou, pues enlaza con él en este tramo y volvemos a salir al camino asfaltado en la Serra de la Creu del Codó, pasamos por la pequeña Font de Sant Isidre y nos conduce a la zona de aparcamiento a pie de la subida al santuario, es decir, hacia la Mola del Lord (1.189 m).

Font de Sant Isidre.

Una vez en él ante nosotras aparece el manto de escalones de piedra. ¡Venga chicas! ¡Que viene lo mejor...! Una vez llegamos arriba en la Mola empieza el espectáculo de las vistas. La casualidad hace que veamos a los kayaquistas y los llamamos a gritos a ver si nos escuchan, pero la respuesta la recibimos de no muy lejos nuestro... Momento muy divertido y de risas.

A ver quien contará los escalones.

Parte más alta de la Mola del Lord. Al fondo a la izquerda, el Cadí.

Muy sombriamente se ve algún kayac.

Señal geodésica de la Mola del Lord, 1.189,3 metros.

Serra de Busa, el Tossal de les Cases y a la derecha el Castell adentrados en las aguas.

Los Bastets, en el centro el Castell (976 m) donde puede verse el alto nivel de las aguas en el Pla de les Cases.

En la Planella del Santuari nos hacemos una foto delante del mismo que se la pedimos a otro visitante en la zona... momento divertido del que no tenemos foto! Pues el hombre se acuesta sobre el césped para hacerla.

Seguimos el camino (Camí de Sant Jaume) para bajar por el Grau de Solord, donde cogemos un precioso sendero de bajada con un desnivel de más de 200 metros... digno de cualquier amante trail runner porque francamente, se van las piernas en este tramo. Llegamos a la parte de camino más ancha hasta los Camps de Solord, donde a gritos ya nos llaman los kayaquistas que nos esperaban hacía media hora. Ellos estaban algo destemplados por su contacto con el agua y nosotras como viniendo de un acalorada travesía.

Practicantes de Trail running.

Encantador sendero.

Francesc García, hijo de este pueblo encantador, ante su 7a convocatoria de la Hivernal de la Llosa del Cavall, y nosotras partícipes en esta 3a Walker per la Vall del Lord, nos invita a turrón y cava en que todos juntos hacemos el brindis, hacemos nuestro avituallamiento, foto de grupo y retomamos el camino de regreso, pues a eso de las 17 horas debemos estar en el pueblo para juntarnos nuevamente.

Los kayaquistas antes de zarpar de nuevo.

Como es tradición en la quedada no falta el decoro de gorro navideño.

La vuelta por los Camps hasta el pie de la Mola del Lord es serpenteante y de ligero ascenso en cuestas, donde en un cruce de camino divisamos el pantano nuevamente y la casualidad nos apremia con volverlos a ver, así que... otra vez el grito tirolés a ver si nos oían.

Retorno por los Camps de Sollord.

Venga chicaaaas!!! ¿Quien dijo camino llano?

Las vacas a nuestro paso por los caminos.

Llegamos nuevamente a pie de la zona de aparcamiento del Santuario y retomamos el camino GR. En él encontramos compañeros escaladores y en un domingo, evidentemente, todo aquel visitante del lugar. Bajamos la parte asfaltada pasando por debajo del túnel que hay y seguimos el GR hasta el pueblo pasando por la Ermita de Sant Serni. Ya suenan los teléfonos... tengo los Romeos kayaquistas buscando a sus Julietas ¡las devuelvo sanas y salvas! y no nos vamos todos sin tomarnos algo calentito en el bar Bon Dia y deleitándonos con mi tarta de chocolate para endulzar la despedida hasta un nuevo reencuentro, que como siempre, promete otra divertida aventura en los casi 20 km y los más de 1.600 metros acumulados.